lunes, 7 de enero de 2013

El Señor de los Anillos

LOTR/ESDLA. De cómo hacer un juegazo super temático siendo en realidad totalmente abstracto. O de cómo, de algo que parece inicialmente un juego tonto, con tokens absurdos y de peor diseño [corazón? solecito?], con cartas sin sabor y símbolos aparentemente arbitrarios [pies? árbol?], con simples tracks lineales de movimiento y con unos dibujos de fondo que es lo único que se salva*, hacer finalmente uno de los juegos cooperativos más inmersivos a los que he jugado y que además refleja con absoluta fidelidad la atmósfera del libro original.

No hay nada que reprocharle a este Knizia. La mecánica es buena. El tema se vive. La curva de dificultad conforme avanza el juego es una exponencial perfecta [dime quién no llega a Ella-Laraña pero dime quién consigue tirar el anillo!].

El gozo de ganar la partida es épico, precisamente porque el sabor de la derrota fué tantas veces sentido como justo y coherente.

Es el típico juego que comprarían los niños bajo la desconfiada mirada de los adultos y acabarían gozando los adultos, bajo la despagada cara de los niños. Comprádlo si sois adultos copón!

*La pieza de Sauron, en la edición que toca, también mola lo suyo...

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